Regla de oro

Me lance para atrás esperando que alguien me sostuviera con sus brazos, pero me dejaron caer y mientras caigo, logro entender muchas cosas.

Tuve que dejar de pensar tantas cosas que llenaban mi esperanza de un regreso, apague todas las luces de mi casita que habita en mi corazón, aunque quería dejar la última luz encendida, le rece a un par de santos para que me dieran valor de apagarla.

Cambie un par de cosas, empecé a hacer ejercicio, la dieta, a cuidarme un poco mas aunque sabía que el viernes iba a romper todo de nuevo, intento cambiar mi forma de ver las cosas, de tomarme un tiempo para agradecer, aunque desde ese entonces mi sonrisa ya no fue la misma, duele admitir que te extraño, no quiero mentir que a veces todo parece que la única forma de volver a sentirme yo de nuevo es contemplando tu regreso, pero también debo de admitir que cada día duele menos, es cuando la paciencia me susurra al oído que falta muy poco, no me asusto para nada, pasaras, estaré mejor, un granito de paciencia más y pueda que hasta otro amor llegue a tocar mi puerta.

Me deje llevar, dejándote entrar un par de veces mas, llenando tu soledad de un domingo por la noche, Luego pude observar de a pocos que ambos jugábamos con el maldito confort, creyendo que todo estaba bien por un rato, saborear la esperanza me hizo quebrarme en dos, recordando que un día tuve que dejarte ir, con todo y promesas, los recuerdos, todos los viajes que quedaron pendientes, nuestras fotos diciendo que algún día fuimos plenamente felices, quisiera ver cada una de ellas y creer que nunca coincidimos, que nunca nos besamos, que nunca nos prometimos, que nunca lloramos de felicidad, que nunca nos amamos.

Me puse como regla de oro no buscarte, no llamarte, no escribirte y mucho menos pronunciarte, prohibirme a saber de ti, para bien o para mal no quiero saber nada, porque a estas heridas que llevo constantemente se joden con tan solo escuchar tu nombre. Aunque siento el peso enorme de una derrota que llevo por la espalda, a veces hasta pierdo el equilibrio, seguiré mi camino, porque esta vez creo que ni el poder del cosmos pueda juntarnos de nuevo y si realmente pasa, estaré completamente segura que el universo entero me juega una estúpida broma para reírse de mi desgracia.

Algún día tendré que enviarte un mensaje agradeciendo todo lo que vivimos, deseándote una buena vida, buenos amores etc., pero por el momento solo puedo decirte que ha sido un gusto llegar hasta aquí, donde tu compañía siempre me hizo sentir sola, gracias por tus besos fingiendo eternidad, gracias por heredarme tus miedos, por enseñarme a desahogarme de ti para no encontrar solución de vuelta, no te digo hasta pronto si no, ojala que no haya ningún después y espero que todas nuestras memorias se destruyan antes que muera.