Lobo, vete!

A veces quisiera salir, bañarme con esmero, restregar cada partícula de mi cuerpo, tallar mis brazos, secarme enérgicamente, peinar mi cabello hasta formar ondas, usar mi camisa azul de lona, mis pantalones negros y mis botas a veces quisiera tomar mis llaves y hacer rugir mi carro gris brillante, conducir con destreza las pocas cuadras que nos separan, tocar a tu puerta y preguntar por ti, invitarte a salir y asimilarme en tu vida, a veces quisiera levantarme temprano e ir en busca de un mejor trabajo, viajar algún lugar nuevo, aprender a tocar guitarra y a veces quisiera escribir mucho hasta tener cientos de hojas apiladas en el suelo que lleguen hasta mi rodilla, quisiera sentarme y venderme como la próxima escritora, a veces quisiera ser la persona que pudiera sacudir tu cabeza tanto, que sientas orgullo de lo que me he convertido y la mayoría de veces quisiera que todas las dudas se calmaran. A veces no puedo salir, solo me quedo observando a un enorme lobo siberiano de manto gris, de colmillos blancos, espantosamente enormes y gruesos, de hocico negro y patas gigantes que cuida de mi entrada, estira su cuello; aúlla y me cala hasta el alma y a veces no se marcha sino hasta noviembre, ha hecho un hogar en mi casa y le tengo más miedo que yo a él. Maldito seas lobo yo te traje hasta acá, en qué momento perdí mi fuerza que no puedo matarte sin matarme a mi, debí haberte matado cuando eras un cachorro y te daba de beber por diversión, te acurrucaba a mi creyendo que tu compañía era lo que necesitaba, en qué momento tu aullido le hizo tanto daño a mi alma que cuando camino sus bordes rozan entre sí sonando a angustia y en qué momento tus colmillos se alimentaron tanto de mi sangre, contigo no puedo vivir y sin ti ya no me siento completa. Tengo la necesidad de cuidarte, de alimentarte y salir a caminar contigo, no puedo despegarme de ti, maldito lobo vete de una vez.. aunque, pensándolo bien, si te vas, que sera de mi? estoy tan aferrada a tu mugroso cariño, que confunde mi existir.